Vaca… ¿qué?

Imagen de @vwalakte en Freepik.  

Pues nada, ya ha pasado agosto sin pena ni gloria. Mi plan de hacer dos semanas de vacaciones (del 19 al 30) se ha visto truncado porque no pude terminar los proyectos en marcha a tiempo, así que me tocado trabajar todos los días excepto tres: esas han sido mis vacaciones de verano de mi primer año como autónoma. 

En realidad han sido 1 + 2, porque ni tan siquiera han sido consecutivos. 

No he podido desconectar demasiado ni descansar lo suficiente, pero he aprendido una lección: el tiempo no se recupera. Si un día trabajo menos horas, tengo que hacer más al día siguiente. Y si encadeno varios días haciendo pocas horas, al final me quedo sin vacaciones. (Porque esto solo se aplica al tiempo laboral; si pierdo un día de vacaciones, este no es recuperable. Creo que es algún concepto de física cuántica que solo afecta a los autónomos, así que si sois asalariados no tenéis por qué preocuparos.)

Según mi agenda, el próximo periodo vacacional ya es Navidad. Espero no haber sido demasiado optimista o ingenua con la planificación. Si no, me va a tocar pedirle un poco de tiempo extra a Papá Noel…