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Decía un escritor famoso hace unos años que él había ido a la tele a hablar de su libro. 

Bueno, no sé si es mi caso. Tengo que hablar de él porque es un proyecto enorme que me ha llevado un montón de horas, además de sangre, sudor y lágrimas. Pero a la vez me da un poco de apuro por mi timidez innata. 

Pero como dicen que los logros hay que compartirlos (y si no lo dicen, ya lo digo yo), pues aquí está mi segundo bebé. (El primero tiene casi veinte años y ya va solo por la vida.)

Después de una primera edición de 56 páginas de este texto, que era el proyecto de fin de curso de la formación en Asistencia a la Edición Editorial que terminé el año pasado, me entretuve en seguir escribiendo, editando y remaquetando la versión íntegra del diario. Porque no sé si os he dicho que esto es una especie de diario donde recojo anécdotas o situaciones de mis días en el curso, reflexiones diversas y otras tonterías varias. 

Mi profe de derechos de autor, muy maja, me ha ayudado con la página de créditos, así que ahora el texto tiene una licencia Creative Commons que os permite descargarlo y compartirlo las veces que queráis. Eso sí, nada de lucrarse con él ni de transformarlo. Pobre yo, pobres todos. 

Dicho esto, os dejo aquí abajo el libro para que, si os apetece (no hay obligación ni compromiso de lectura, no voy a hacer examen), podáis leerlo. Está en catalán, eso sí. Es lo que tiene que tus abuelos dejaran el pueblo de la Mancha en los años 50 para ir a ganarse el pan a otra comunidad, que luego los nietos nacen en donde les place. 

Y sin más dilación, he aquí mi primer, único y último libro.