Organización

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Agenda. 
Calendario. 
Planificador. 
Aplicación informática específica.
Plantilla de Excel.
Papel y boli. 
Fluorescentes de colores. 
Post-it pegados a la pantalla del ordenador. 
Papeles clavados con chinchetas en la pizarra de corcho. 

Todavía estoy descubriendo cuál es la mejor manera de organizarse.

Desde que empecé hace ya casi cinco meses, aún no he encontrado la organización efectiva definitiva. Por el momento voy alternando entre un calendario anual, una agenda semanal, una libreta y una plantilla de Excel, pero debo confesar que no es sencillo. De hecho, es un poco caótico. 

Es como ese versículo que dice "El espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la carne es débil" (Mateo 26:41). Mi intención es buena, mi disposición es excelente; pero mi habilidad es nula. La cabeza no me da para tanto. 

Poco a poco voy aprendiendo, porque lo que en un principio era una simple plantilla de debe/haber, ahora tiene una perspectiva general anual con todos los conceptos desglosados; y lo que antes era una sencilla nota de papel con los trabajos y las facturas pendientes, ahora tiene casillas para los adelantos, las fechas de envío, el estado de los proyectos y una leyenda de colores. 

Desde luego, esta era una parte del trabajo que no tenía contemplada. No hay nada como la necesidad para espabilarse. 

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